¡Hola,
Gente! ¿Cómo lo lleváis? Espero que muy bien.
Hoy vengo
con una reseña en la que, por suerte o por desgracia, no sé muy
bien cómo explicar lo que he sentido al leer el libro del que os voy
a hablar. ¿Será que soy DIVERGENTE?

En una
ceremonia anual, todos los chicos de dieciséis años deben decidir a
qué facción dedicarán el resto de sus vidas. Beatrice tiene que
elegir entre quedarse con su familia o ser quien realmente es. No
puede tener ambas cosas. Así que toma una decisión que sorprenderá
a todo el mundo, incluida ella.
Durante el
competitivo proceso de iniciación posterior, Beatrice decide pasar a
llamarse Tris e intenta averiguar quienes son sus verdaderos amigos y
dónde encaja en su vida enamorarse de una chico que unas veces le
resulta fascinante y otras la exaspera. Sin embargo, Tris tiene un
secreto que no ha contado a nadie para no poner su vida en peligro.
Cuando
descubre un conflicto que amenaza con desbaratar la, en apariencia,
perfecta sociedad en la que vive, también averigua que su secreto
podría ser la clave para salvar a los que ama o... para acabar
muerta.
A pesar de
las ganas que tenía de leer este libro, lo cierto es que, ahí se
quedó un tiempo, reposando pacíficamente en una de mis estanterías.
Con lo cual, mis ganas de leerlo iban aumentando. Hasta que, por fin,
meses después de conseguirlo y recién estrenada la adaptación
cinematográfica de “Divergente”, llegó el día en que empecé a
leerlo. ¡Casi monto una fiesta de Bienvenido Mr. Book y todo!
Vale. Es
mentira. Yo no monto fiestas por libros (aún). Las montamos Isabel,
de todos mis libros, Alejandro, de SobreRuedas literario, Dani, de
NecroDanicón y yo cuando vamos de librerías, a presentaciones
literarias o grabamos “Cuarto tocho”. Luego, como sabéis,
compartimos el resultado con todos vosotros.
Bueno, a lo
que iba.
La historia
de “Divergente” es, en su mayor parte, una buena idea. Aquello de
las facciones, cada una con su modo de vida y de ver las cosas está
muy bien. Y además, el libro es entretenido y adictivo de por sí.
Porque, la verdad sea dicha, yo no he podido parar de leerlo hasta
que lo he terminado. Es decir; No es un tocho ininteligible, de esos
que nos aburren más que leer edictos parroquiales que nos informan
de todas las actividades que, en apariencia, realiza el cura de la
parroquia. No. No es algo que, como los edictos, valen más por lo
que callan que por lo que cuentan. Pues, “Divergente” es, en
muchos aspectos, apasionante. Además, os diré a los que decís que:
-es una
copia de los juegos del hambre –digo en tono de burla graciosa y
sin maldad mientras escribo esto.
Pues, lo
siento. DIVERGENTE NO TIENE NADA QUE VER CON LOS JUEGOS DEL HAMBRE.
Es más. A los juegos del hambre, yo no les saqué ninguna pega
mientras que a este...
¡LE VOY A
DAR UN HACHAZO!