Hola, gente!
Esta entrada
es para explicar mi ausencia del mundo bloguer de los últimos dos
meses.
Algunos, los
que me tenéis agregado al Facebook, sabéis el motivo. No así los
que sólo sabéis de mí por este medio.
La cosa
empezó, o más bien me di cuenta de lo que pasaba, hace dos meses.
Era un
sábado por la tarde como otra cualquiera. Comí en familia, tomamos
café reímos y a las cinco de la tarde mi grupo de música, Silves3,
empezamos a ensayar. Todo de lo más normal, Mucho trabajo y mucho
cachondeo a partes iguales.
Cuando
acabamos de tocar, salimos de la habitación, porque tenemos la
suerte de poder ensayar en mi casa, ya que los vecinos, o más bien,
la mayoría de ellos, nos conocen desde que éramos pequeños, no se
quejan. Es más, les gusta oírnos ensayar.
Pues bien.
Como hacemos siempre después de tocar, nos preparamos un café, nos
lo tomamos y al ir hacia la puerta de la calle, vemos que mi perra
Tess está tumbada en el recibidor lamiéndose sin parar. Lo raro fue
que no se levantó a saludarnos como es su costumbre, sino que siguió
así como estaba, lamiéndose la tripa. Sólo que no era la tripa.
Era un bulto bastante grande que, sin previo aviso, le había salido
de un día para otro. Aquel bulto era grande pero, lamentablemente,
no lo suficiente, según decidió el cuerpo de Tess, Ya que, a los
dos días aquella cosa creció el doble.
Como podréis
imaginar, la llevé al veterinario de cabeza.
Esto fue lo
que pasó.
Esa tarde no
hacía frío y, por suerte, tampoco apretaba el calor. Una brisa, más
o menos refrescante, acompañó los pasos que dábamos mi perra y yo
camino de la clínica veterinaria.
Al llegar,
miré la puerta que daba acceso al local, no sin cierto temor. Para
qué engañarnos. Y la puerta se abrió con aquel sonido mecánico
que indicaba que alguien, desde el mostrador situado en el vestíbulo
de la consulta, accionaba el mecanismo para que pudiéramos pasar.
Una vez en
el interior del vestíbulo me senté agarrando la correa de Tess
mientras la acariciaba y le susurraba un “No te preocupes cariño.
Seguro que no es nada”, que intentaba sonar convincente. Siendo
sincero, a día de hoy, no sé si conseguí o no sonar seguro. Así
que la abracé, le sonreí y le besé la cabeza.
Al rato, nos
hicieron pasar a la habitación donde atendieron a la perra.
Un tubo
fluorescente iluminaba el cuarto que, entre cuatro paredes vestidas
por azulejos de color verde claro albergaba una mesa alta con patas
de hierro coronada por una fría e impersonal plancha de acero donde,
como era de esperar, subieron a Tess, que, asustada como estaba,
luchaba por salir de allí.
Una vez la
perra estuvo encima de aquella mesa, el veterinario miró el bulto,
lo fotografió con su teléfono de última generación y le tomó la
temperatura mientras yo trataba de tranquilizar a Tess.
Cuando el
veterinario retiró y miró el termómetro habló:
-Tu perra no
es que tenga un bulto que parece un tumor. Tampoco es que tenga
fiebre. Es que se va a MORIR de la fiebre. -dijo de malos modos.
-Pero...
-acerté a decir pugnando porque no asomara ni una lágrima a mis
ojos.
-Respecto al
bulto, tiene toda la pinta de ser un tumor- sentenció -. No te lo
puedo asegurar. Habría que hacerle pruebas. Una biopsia, un análisis
y actuar en consecuencia. Además, ese bulto está apunto de
reventar.
No se si fue
así o no. Pero, creo que el veterinario me miraba hasta con odio.
Siguió
hablando:
-¿Por qué
no me la has traído antes?
-Porque era
sábado por la tarde cuando vimos el bulto por primera vez. Hoy es
lunes por la tarde-respondí-. Además, señor, que, a parte de que
usted los domingos cierra, yo no he cobrado aún. He tenido que sacar
el dinero de debajo de las piedras para poder pagarle.
-Pues, que
sepas que ahora te va a costar mucho más dinero-dijo el cab...
caballero.
-Pero si nos
dimos cuenta a las ocho y media de la tarde, más o menos, ¿para que
iba a venir? ¿Para encontrarme con la persiana cerrada?- dije ya
alzando un poco la voz.
Sé que no
debe uno perder los nervios nunca, pero estoy seguro que entenderéis
por qué alcé la voz algo más de lo debido. Tampoco es que le
gritara. Pero vamos... poco faltó.
Total, que
el hombre, le receta a mi perra unas pastillas después de una
consulta de no más de diez minutos y dice:
-Dale esto
una vez al día. En tres días vuelves. SON 90 Euros.
Pagué y
salí de allí con mi perra. Sintiéndome como una autentica mierda.
Preocupado como ya estaba, con la noticia de que mi perra iba a
morirse sino de fiebre del bulto que (Iba a reventar).
Cuando
llegué a casa, comenté lo que me había pasado y, claro está,
pusieron el grito en el cielo.
Al día
siguiente puse en mi estado de Facebook que lamentaba decir esto,
pero que dejaba las redes sociales y de entrar en el blog porque mi
perra necesitaba toda mi atención y que, sinceramente, tampoco me
apetecía escribir.
Bien. Mi
estado de Facebook fue leído por dos grandes amigas, que son,
precisamente las que me trajeron a Tess a casa de la protectora donde
la adopté días después de acogerla en casa.
Ellas
abrieron el cielo para mí, cuando, minutos después de haber
publicado el estado en face me llamaron por teléfono y me dijeron:
-Conocemos a
un veterinario muy bueno. Lo único es que está en Enguera (Un
pueblo de Valencia).-me dijiron-. Si tú quieres, nos acercamos con
el coche y te llevamos a que te den una segunda opinión.
Les conté
entonces lo que pasó con el veterinario del barrio el día anterior
y lo que me había hecho pagar.
Ellas
respondieron que no me preocupara por eso y allá nos fuimos a
Enguera.
En esta
nueva clínica veterinaria, miraron a Tess muy bien, me dieron los
medicamentos que hacían falta, le hicieron análisis y me explicaron
muy bien lo que le pasaba a la perra, que significaba aquello de
“Este bulto está a punto de reventar” y me calmaron, además de
darme fecha por si decidía operar a la perra (Que era lo que
necesitaba el animal).
Así pues,
el día acordado nos presentamos en la clínica veterinaria de
Enguera.
Entramos los
primeros a consulta y prepararon a Tess para la intervención
quirúrgica.
Le pusieron
un tranquilizante y el anestésico. Me dejaron quedarme con Tess
hasta que se durmió apoyada en mí y se la llevaron a operar el
bulto, que dicho sea de paso, reventó el día antes de la operación.
Lo de
reventar es, simplemente, que la piel no aguanta más el peso del
bulto (que ya estaba confirmado. Era un tumor grandísimo), y se hace
un pequeño agujero.
Aquel tumor
se estaba comiendo a mi perra por dentro. La estaba dejando sin
fuerzas, flaca, sin nutrientes.
Durante la
operación, yo no tenía muy claro que Tess sobreviviera. Parecía
que ya no tenía fuerzas. Aquel tumor podía llevársela de mi lado.
Cuando por
fin pude ver a Tess, después de la operación, estaba aún medio
sedada. Entramos mis dos amigas y yo. Acariciamos a Tess mientras
hablábamos con el veterinario y nos decía que todo había salido
bien.
Cuando el
veterinario terminó de hablarnos, que, por cierto, se llama Miguel,
una de mis amigas empezó a decir Tess! ¿Cómo estás, guapa? Y lo
mismo la otra amiga. La perra, pobrecita mía, la miraba y ya está
pero cuando yo le dije: Tess!!! Te vas a poner bien!!!
La perra,
mas anestesiada que otra cosa dio un brinco y empezó a mover el
rabo. Poco, eso sí. Estaba cansada.
Han pasado
muchos días desde entonces y, tras una temporada de recuperación,
Tess está estupenda. Más fuerte y simpática que nunca.
Han pasado
muchas otras cosas. Cosas como enterarse y ver que un amigo, que
creía que era de una forma, resulta ser más Imbécil y repulsivo
que chucky, el muñeco diabólico. Pero, esa ya es otra historia.
Espero que
entendáis el por qué de mi ausencia y también por qué lo he
pasado tan mal.
Bueno,
chicos, chicas. Blogueros todos.
He
vuelto!!!!!!
Bienvenido Jose. Tess es una preciosidad, la comía a besos; me alegro muchísimo de que esté recuperada. Hay veterinarios que aman a los animales y hay veterinarios imbéciles (o demasiado espabilaos) sin un ápice de sensibilidad.
ResponderEliminarComprendo lo mal que lo has pasado. Yo también llevo unos cuantos meses con mi gato (diabético) en danza. Por fin, después de mucho batallar y pinchándole dos veces al día, estamos empezando a notar una mejoría que, el pobre, apenas si podía caminar hace tan solo unas semanas.
En fin, que me alegro un montón por ti y, sobre todo por Tess.
Un beso para cada uno.
Hola, Nena!!!
ResponderEliminarEs un gusto volver a leerte. Os echaba de menos.
Espero que tu gato estabilice la glucosa pronto y que todo vuelva a la normalidad.
Te dedro toda la suerte del mundo a ti y a tu gato!
Besos!!!
¡Genial verte por aquí de nuevo! Ayns, malos ratos..
ResponderEliminarMe alegro muchísimo de que Tess esté recuperada :) Es una preciosidad <3 si es que se les quiere y se sufre mucho por ellos.
Qué malnacido, como poco, el primer veterinario y se queda tan pancho oiga. Estas cosas pueden conmigo, poca sensibilidad y profesionalidad, desde luego hay gente que no se merece el trabajo que tienen.
Olé esas amigas que habrán sido un apoyo enorme para ti y por supuesto para Tess, esas personas sí que merecen la pena en tu vida (ya pasando un poco por el otro tema que comentas...).
Lo dicho, me alegro muchísimo de que todo haya salido bien de verdad.
Besos!
Hola, AnaLa!!
EliminarPara mí también es una alegría volver a estar aquí, con todos vosotros. Por fortuna Tess está tremenda!!!
Gracias por tus palabras.
Besos!!! Mañana me paso por los blogs!!!
Hola Bookcy! Me alegro mucho de verte de nuevo por estos lares, pero de lo que más me alegro es que Tess esté ya recuperada. Se pasa tan mal cuándo no están bien, y encima si te encuentras un veterinario como ese, pues ya ni te cuento. Menos mal que al final encontraste otro como Dios manda, y se pudo solucionar todo, que es lo importante :)
ResponderEliminarBesos!!
Hola, Laura!!!
EliminarLa verdad es que todo está bien ya,
Me alegro tanto de volver y leeros!!!
Besazos!!!
Hola BookCyFeR.
ResponderEliminarMe alegro que estés de vuelta y de que Tess este bien. Tuviste suerte de que tus amigas corrieran a tu rescate.
Nos seguimos leyendo.
Hola, Godor!
Eliminarla alegría es mútua.
Y sí. Tuve muuucha suerte. Y que lo digas.
Un abrazo!
Hola Bookcufer:
ResponderEliminarYa sabía lo de Tess,cuanto me alegro de que este mejor y tu estes de vuelta,besotes
Hola :D
ResponderEliminarDecirte que me alegra muchísimo que Tess esté bien, y como consecuencia, tu también lo estés. Ya han pasado los malos tragos así que a disfrutar de ella <3
Me alegro un montón de volverte a ver por aquí (aunque siga tus movimientos en face! jijiji) pero más de saber que la historia tuvo un super final feliz. Tess es preciosa!
ResponderEliminarMe ha encantado leer la historia y me he emocionado mucho. Cuida esos dos tesoros de amistades que te han ayudado en esta situación porque valen un mundo! Que coraje me ha dado leer lo del primer vete, qué asco, y encima qué carero!!!!!!
Muchos mimitos para Tess de mi parte!
PD me has intrigado con la historia del amigo-imbécil, espero la cuentes algún día!!! (sí, soy una cotilla!)
Pues bienvenido, Jose. Me alegro de que todo lo de Tess quedara en un susto, muy gordo, pero ya solucionado. Besos para ambos.
ResponderEliminarMadre mía, qué disgusto más grande te habrás llevado! Y qué "sensible" el primer veterinario, menos mal que el segundo fue mucho más resolutivo! Yo también estoy muy apegada a mis perras y entiendo perfectamente lo mal que lo has pasado: menos mal que Tess ya está mejor. 1beso!
ResponderEliminarUn gustazo tenerte de vuelta (se te echa de menos cuando te ausentas de la blogosfera) y una alegría saber que, a pesar del susto, todo ha salido bien para Tess.
ResponderEliminarUn besazo guapetón!
Cuánto me alegro de que todo acabara genial¡¡ un abrazo fuerte y seguimos por aquí¡¡¡¡ Saludos Tessss
ResponderEliminarPedazo de dramón! Siento mucho lo mal que lo habéis pasado, pero mira tú que la buena gente te ha ayudado, me alegro mucho!!
ResponderEliminarBesotes de apoyo.
Desgraciadamente, en la profesión veterinaria hay profesionales de todo tipo, como en cualquier otra. Pero no voy a molestarme en comentar lo que opino de las formas del primer veterinario que la vio, sólo espero que no pises nunca más esa consulta :)
ResponderEliminarLo importante es que ella está bien, está con vosotros, y vuelve a estar sana. Lo demás... bueno, que quede como una anécdota ^^
Un besote!!
Buff mira que el primer veterinario...yo hubiera perdido mucho más los nervios, pero lo importante es que ahora está mucho mejor y sana! me alegro muchísimo que me imagino lo mal que lo habrás pasado, que pienso en mis perrines y me da algo.
ResponderEliminarLo del amigo...lo siento mucho pero si realmente es así...aunque duela, mejor haberte dado cuenta antes que más tarde.
Un abrazo!
Me alegro muchísimo que todo haya salido bien con Tess. La verdad que a veces hay veterinarios que te dan ganas de no volver a pasar por allí.
ResponderEliminarÁnimo y a cuidarla que lo pero ya ha pasado ;)
Un besiño
No sabes lo que me alegro. Ahora a disfrutar de achuchones y besos a Tess y de vez en cuando a la familia también ;-)
ResponderEliminarUn saludo. y Feliz Navidad.